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viernes, 12 de octubre de 2007

Comenzar el camino



Estábamos en una reunión, en un apartamento por Altamira o Los Palos Grandes. Participaban S, Ñ, M y otros que no logro identificar. Yo también.
En un momento le digo a S que debo salir a buscar algo y regreso.
Me voy y, a la altura de Chacao, quiero regresar.
Voy manejando.
Tomo por una calle en contra sentido. Salgo hacia arriba y cruzo hacia el este, por una calle larga. Al fondo veo el Ávila, mitad verde, mitad nevado (la mitad superior).
Mientras ruedo veo una licorería; el aviso tiene el mismo dibujo del Ávila: mitad nevado, mitad verde.
Sigo manejando el carro y paso al lado de un vendedor ambulante que ofrece un cachorro sobre su mano derecha. Una señora quiere comprárselo, pero le dice:
- Es que no me gustan pequeños porque hacen pupú por todas partes.
Me acerco y desde el carro le digo a la señora:
- No, no se preocupe. Si se le educa desde pequeño aprenden a hacerse donde uno le enseñe.
Sigo mi camino. La vía se va haciendo estrecha y termino a pie. Llego al final de la calle larga que termina en un cruce, como en T. Hacia arriba y abajo se ven casas en hilera.
"Por aquí no es", pienso desorientado.
En la planta baja de un edificio V le abre la reja a una señora.
- ¿Sabes dónde está S? ¿Sabes cuál es el edificio?, le pregunto a V.
- No lo sé -me responde-, pero si comienzas el camino de nuevo, seguro la consigues.

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